Aprender a usar el conocimiento: Una necesidad educativa creciente

Monserrat Angulo Alejandro

APRENDER A USAR EL CONOCIMIENTO:  UNA NECESIDAD EDUCATIVA CRECIENTE

Los autores del libro “Los procedimientos como contenidos escolares, Juan Ignacio Pozo y Yolanda Postigo Angón, dedican el capítulo 1 al tema Aprender a usar el conocimiento: Una necesidad educativa creciente.

Comienzan citando ejemplos de una familia en donde, hay un niño de quinto de primaria, una jovencita de secundaria y su mamá, maestra de ciencias naturales. Los tres tienen problemas en sus clases. Al primero le fue asignada una actividad, pero no sabe cómo utilizar los conocimientos adquiridos; la segunda no recibió instrucciones claras y precisas por lo que no sabe lo que tiene que hacer y tampoco hacerlo. La tercera tiene problemas con el manejo de grupo; aunque tiene la referencia bibliográfica, al momento de enfrentarse a situaciones concretas y nuevas, no sabe qué hacer porque las decisiones las tiene que tomar ella.

El  ejemplo anterior se cita para  ilustrar algunas de las dificultades más comunes en el uso eficaz de la información y el conocimiento: No sabe lo que tiene que hacer, no hay instrucciones claras; convertir en una secuencia de acciones la guía;  e inventar o generar una solución nueva.

Continúan diciendo que una de las demandas actuales de la nueva sociedad del aprendizaje es aprender a utilizar los propios conocimientos  y saberes y aprender a desplegarlos eficazmente ante situaciones nuevas; es decir, aprender  a hacer. Citan que la UNESCO recalca que los aprendizajes deben evolucionar, y a no quedarse con la transmisión de prácticas; se requiere de una producción más cerebral como diseñar, organizar,…

Aseguran que sin los procedimientos eficaces de selección, interpretación del análisis de la información, será muy difícil convertir la información  de contenido en verdadero conocimiento.

Debido al exceso de información que existe hoy en día no puede darse algo como verdadero o absoluto; por lo que hay que enseñar al alumno a aprender a convivir con la diversidad de perspectivas, y aprender a construir su propio juicio; es decir,  reconstruir, tener una concepción crítica  e integradora.

Destacan que debido al constante cambio tecnológico y científico, resulta difícil saber que tendrán que saber hacer nuestros hijos; de ahí que sea la tarea de la escuela formarlos para que sean aprendices más flexibles, eficaces y autónomos, fomentando en ellos el desarrollo de capacidades transferibles; en pocas palabras, enseñarle a aprender.

Dentro de la naturaleza de los procedimientos como contenidos de aprendizaje tenemos, el de las técnicas y el de las estrategias; en donde la técnica es la rutina automatizada, que se deriva de la práctica repetida y; la estrategia involucra una planificación y una toma de decisiones de los pasos que se van a seguir. Las tres  tareas esenciales del uso estratégico  son la selección y planificación, el control de su ejecución y, la  evaluación. El alumno debe ejercer un control consciente de la aplicación de la estrategia. La diferencia entre ambas está en cómo se hace. Sin embargo ambas formas de usar el conocimiento están estrechamente ligadas en el aprendizaje y la enseñanza.

Mencionan que las dificultades en el uso de los procedimientos pueden ser porque: el alumno no sabe lo que hay que hacer,  no sabe hacerlo y/o no sabe cuándo ni cómo debe hacerlo, por lo que meta de la educación debería ser promover en el alumno el aprendizaje estratégico, para que se hagan entrenadores de sí mismos y aprendan a usar con autonomía su conocimiento.

En la adquisición de un procedimiento, desde la técnica a la estrategia, pueden identificarse cuatro fases: en el entrenamiento técnico tenemos la declarativa (explicación) y, la automatización (práctica repetitiva). En esta última se trata de condensar en una acción todos los pasos que con anterioridad han sido descompuestos o separados como instrucciones. Durante esta etapa, la función del profesor es supervisar, corregir, proporcionar no solo refuerzos sino información para corregir errores cometidos. En el  entrenamiento estratégico, tenemos la generalización o transferencia del conocimiento (exposición para aplicarlo en situaciones reales) y, la transferencia del control (autonomía). Estas fases no tienen que darse en una secuencia, pueden entrelazarse o darse en momentos diferentes.

Señalan que si se quiere dar mayor peso a los contenidos curriculares, hay que dedicarles  más tiempo en el aula.

Se trata de que al usar las técnicas ante verdaderos problemas que los alumnos eran capaces de lograr con su ayuda, ahora logren hacerlo por sí solos.

Para terminar mencionan que cada profesor tiene que enseñar a  los alumnos los procedimientos específicos de la materia, pero también ponerse de acuerdo con los otros profesores para enseñar aquellos procedimientos que puedan ser comunes entre las diferentes asignaturas. Lo que suele diferenciar cada una de las áreas del currículo, lo que es específico de ellas son sus contenidos verbales, la red de conceptos y datos que constituye el núcleo explicativo de una disciplina. Los procedimientos, no siendo en general específicos de un área pero tampoco comunes a todas ellas, deben desempeñar una función esencial en la organización del currículo, facilitando  la conexión entre áreas pero también su diferenciación progresiva.

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